El C.P.Casablanca se encuentra situado en la zona oeste de Carrús, muy próximo al llamado barrio de las Ratas y rodeado de edificaciones de escaso valor económico que se construyeron bien entrada la década de los sesenta y principios de los setente.
Todo esto nos indica que la zona es marginal desde su origen. Hoy la marginalidad ha aumentado de manera importante al estar ocupada por una inmigración extranjera (la mayoría ilegales) sin medios, sin trabajo estable, y con una mezcla de culturas, lenguas, religiones y razas, que hacen de este entornoalgo necesariamente conflictivo.
En su día el centro fue uno de tantos de los que cubrían la periferia de Elche y su labor no se diferencia del resto. Poco a poco, el barrio y el colegio se fueron descolgando al aumentar la precariedad social y, por tanto, el alumnado del centro. Se optó por transformarlo en un centro especialal convertirlo en un centro de educación compensatoria.
El alumnado socialmente interesado en la educación huyó de él y sus vacantes fueron ocupadas por quienes no tenían en la educación su principal prioridad vital.
Así se ha llegado a hoy con el C.P Casablanca convertido en un C.A.E.S donde se realiza una labor ingente por parte de la comunidad escolar, dirigida primordialmente a la atención socio-humanitaria de la población escolar.
Para ello han adaptado el P.E.C, P.C.C, las A.A, programas, proyectos , reglamentos de régimen interno, en fin todo un bagaje pedagógico, didactico y formativo para realizar una labor que pueda concretarse.
Y cualquier labor comienza por una lucha intensa contra el absentismo escolar, convertido en el principal problema y por tanto la mayor preocupación. La asistencia al centro ya es un éxito.
El comedor pasa a ser la dependencia estrella del centro y la nutrición de los alumnos una aportación casi primordial y en ocasiones no sólo a los alumnos.
Algunas entidades con las que el centro esta en contacto, donan alimentos, tanto al comedor, como a familias de alumnos.
Incluso el horario del centro fué modificado, abriendo sus puertas a las siete de la manaña para aquellas familias que lo necesitasen o simplemente para que muchos alumnos comenzaran el día desayunando.
Las conclusines personales que pueden sacarse de esta exposición son difíciles de exponer porque es impactante la descripción de la realidad contada por el director del centro que incluso suaviza para exponer de algún modo el éxito de su proyecto.
Para mí el mayor problema, el detonante con el que todo comienza, es el convertir a un centro, por más que esté ubicado en una zona marginal, en un auténtico gueto. El gueto anula cualquier avance, cualquier superación, cualquier diferencia, cualquier expectativa, en fin la capacidad de elección.
Y la solidaridad, la colaboración, la ayuda, las relaciones con entidades ajenas que proporcionan apoyo al centro, deberían empezar por la propia organización educativa: Inspección, Ayuntamiento, Consejos Escolares, etc.
Por último, no estaría demás que la formación que recibimos contemple, en alguna medida, este tipo de realidades que nos son tan próximas y de las que estamos muy cerca de llegar a conocer.
Está claro que la docencia, en cualquier nivel o circunstancia, es algo que tiene que ser plenamente vocacional.
